Carlos Iturra y Tzvetan Todorov en la literatura fantástica chilena


Literatura fantástica, Todorov y Carlos Iturra

Por José Hernández Ibarra

Publicado originalmente en LDP Magazine 37


La literatura fantástica en Chile es amplia. Existen numerosos títulos que se van acompañando anualmente de otros nuevos, una clara tendencia de crecimiento del género. Sin embargo, abordar el tema de la literatura fantástica de forma teórica es difícil. Actualmente, agrupaciones que han incluido el género dentro de sus catálogos, como Austrobórea Ediciones, han rodeado la gran montaña que hay que escalar para inscribir un libro como literatura fantástica. Austrobórea Ediciones, por su parte, recurre al concepto de literatura de borde. Por su parte, Puerto de escape, utiliza el termino de ciencia ficción y fantasía, al modo noventero, es decir, amplio en cuanto a límites, para agrupar su gran constelación de títulos. Sin embargo, ninguna editorial ha propuesto una clara definición de lo fantástico. En su tiempo, año 2010 y 2013, el sitio web Fantasía Austral desarrolló un par de artículos que intentaron delinear el término de lo fantástico, mas, las vicisitudes de la vida y la división de la agrupación dejó un vacío en la literatura de Alta Fantasía, desde la perspectiva de Tolkien. Algunos de sus integrantes, pasado un tiempo, decidieron establecer una agrupación que abordara el concepto desde el punto de vista académico y buscaron la manera de teorizar sobre la literatura fantástica. Orbis Allia fue establecida con ese objetivo y desde 2014 se presenta como un estandarte de la visión más sesuda del género. 

Mundialmente, la teoría fantástica tiene un gran referente: Tzvetan Todorov, quien hace algunas décadas publicó Introducción a la literatura fantástica (1970). Desde ese momento, la literatura fantástica contó con una teoría que abordó el género, irónicamente, destruyéndolo. Así es. Todorov indica que el genero fantástico no es un genero. No existe como tal. Es solo un efecto psicológico en el lector. El efecto se hace concreto cuando el lector se pregunta “¿Era un fantasma o en realidad fue un efecto físico?” “¿Será un monstruo o sólo es sugestión?”. Esa pregunta es la que origina lo fantástico en el texto. Si la respuesta resulta ser un monstruo, entonces el texto corresponde al genero de lo maravilloso. Si la respuesta, en el caso contrario, resulta ser que el protagonista se encuentra sugestionado y sólo fue alarmado por un fenómeno físico completamente razonable y explicable, entonces el relato corresponde al genero de lo extraño. Independiente de la respuesta, si ya está resuelta la duda, entonces el efecto fantástico desaparece y la obra abandona el estado de lo fantástico. 

Ya varios años han transcurrido desde la aparición de la obra de Todorov, y, a su vez, son muchos los que han criticado sus ideas, así como también se han planteado formas alternativas de comprender a la literatura fantástica. Una de las criticas que se le hace a Todorov es haber ocupado una muestra de obras correspondiente a una época definida por la aparición de relatos que contienen un elemento fantástico difuso, no explícito. Estas obras son muy pocas y contienen una forma elegante de escritura, frecuentemente, de muy buena calidad. Ahora bien, si Todorov hubiese tenido que elegir obras chilenas que tuvieran ese estilo y esas características, ¿Cuál sería una de ellas? 

El autor que cumple con estas características, al menos dentro de los últimos años, es Carlos Iturra



Entre 1988 y 2015, Iturra ha desarrollado una carrera literaria que ha sido galardonada en dos ocasiones con el Premio Municipal de Santiago en Literatura, indicando así su gran vigencia, considerando tres aspectos principales que han caracterizado su obra. El primero consiste en su gran admiración por el escritor Jorge Luis Borges. El segundo aspecto es padecer estoicamente las implicancias que conllevó haber mantenido una postura anti izquierda al iniciarse los gobiernos de la Concertación, lo cual ha determinado un alejamiento de grandes amistades políticas. A este hecho se le agrega su gran amistad con Mariana Callejas, conocida históricamente por participar, junto a su esposo Michael Townley, en el atentado a Orlando Letelier en 1976. Sin embargo, Carlos Iturra ha mantenido su amistad con Callejas y siempre destaca, con gran entusiasmo, la increíble capacidad de cuentista de Callejas, sobretodo de terror. 

El último aspecto se relaciona con su obra en si, puesto que esta se ha desarrollado con un pilar central en el cuento. Su primer libro, Otros cuentos (1987), contiene los mejores relatos que acumuló durante su asistencia a talleres de distinguidos escritores como Enrique Lafourcade y Jose Donoso, la mayoría de los cuales son cuentos fantásticos. Su segundo libro, Por arte de magia (1995), es una novela corta llena de humor y pasajes divertidos en torno a una gran reunión de magos. Desde el nuevo milenio ha obtenido grandes reconocimientos, ya sean el Premio Municipal de Santiago en 2005 y 2009, así como el Premio del Consejo Nacional del libro en esos mismos años. 

De esto se desprende que Carlos Iturra es el principal autor de cuento fantástico al estilo indicado por Todorov, y, más aún, su recepción en los medios críticos rompe con el común acontecer de la literatura fantástica, puesto que ha sido reconocido por sus obras fantásticas y así como por sus obras tradicionales. Más aún, Iturra es un autor de gran calidad que ha bebido de los mejores y que ofrece este saber por medio de sus obras y sus talleres literarios. 

Así se ha convertido, junto con Claudio Jaque, Diego Muñoz Valenzuela y Thomas Harris, entre los escritores que han participado de la literatura fantástica con destacada calidad de escritura, de una prosa muy bien cuidada y refinada, de exportación, por ello, dignos de ser seguidos y utilizados como ejemplo. 


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