Entrevista a Fundación Asimov y movimiento Pragma
Entrevista a Fundación Asimov
Por José Hernández Ibarra
Hemos tenido la oportunidad de entrevistar
a la Fundación Asimov con el objetivo de conocer mejor su gran propuesta: El Movimiento
Pragma. Una nueva forma de escribir la ciencia ficción, una nueva ruta
alternativa.
¿Qué es Pragma?
La iniciativa
“Movimiento Pragma” recoge y comparte una inquietud que viene palpitando y
adquiriendo consistencia durante los últimos años, manifestándose
paulatinamente en ciertas obras y trabajos bajo etiquetas como solarpunk,
ecopunk o hopepunk.
Consideramos que el
género de la ciencia ficción –o la ficción especulativa, si se prefiere– se ha
quedado estancado en las fórmulas distópicas o ha adoptado variantes que
derivan hacia la fantasía, por lo que necesita una revisión, nuevos enfoques, una
actualización que le permita escapar del círculo vicioso de desencanto y
pasividad de esa distopía en apariencia ineludible.
Queremos poner el
debate sobre la mesa y sobre todo queremos estimular una ciencia ficción que
supere la mera crítica –o la acompañe– haciendo propuestas plausibles y en
positivo de soluciones o nuevos modelos, teniendo en cuenta el conocimiento (en
todas las áreas) y la tecnología actuales. De algún modo, es recuperar la
esencia del “pensamiento utópico”, pero habiendo actualizado debidamente hasta
el propio concepto de “utopía”. Lo bautizamos como “Pragma”, tanto por el
significado del propio término “pragma”
como por la intención pragmática de la iniciativa: una ciencia ficción
propositiva, posibilista y practicable, útil más allá de la mera crítica o la
mera especulación.
Debemos remarcar que esta iniciativa no pretende
excluir ni negar las tendencias y las variedades ya existentes; se pretende
plantear el debate, la reflexión y sumar y enriquecer.¿La postura constructiva-positiva del futuro es propia de Asimov?
En la historia de
la ciencia ficción, como en la historia de la literatura utópica –tal vez su
antepasado más directo–, siempre han convivido tendencias constructivas y
positivas con tendencias distópicas. Las obras de Julio Verne, por ejemplo, son
de carácter constructivo, didáctico, y de esperanza en el futuro. H. G. Wells,
además de la crítica, ejercitó mucho el “pensamiento utópico”. Varios de los
grandes autores de la Edad de Oro y de Plata del género (Asimov, Clarke,
Heinlein, por citar a los “Tres Grandes”) mantuvieron una actitud constructiva
y positiva, haciendo proyecciones de futuro potencialmente útiles en el mundo
real (y no sólo en tecnologías, sino en la actitud humana frente a los cambios,
sin dejar de ser críticos).
La “utopía
negativa” o la “distopía” nace como réplica y crítica a la literatura utópica
clásica, pero con el avance del siglo XX y las sucesivas decepciones socio
políticas, el problema medioambiental y el nuevo paradigma tecnológico parece
instalarse a partir de los años 70 y en términos absolutamente desesperanzados:
el futuro siempre es oscuro y el sentimiento es que “no hay nada que hacer”.
Eso no quiere decir que la crítica ejercida por la “distopía” no sea válida y
valiosa; muy al contrario, lo es, y mucho. Lo que pretendemos con nuestra
iniciativa es dar un paso más: teniendo tan clara la crítica, ¿podemos formular
o proyectar soluciones a los problemas? ¿Podemos proyectar nuevas posibilidades
de futuro deseable?
¿Hay diferencias entre el Movimiento Pragma y el Hopepunk?¿Cuáles serían?
El hopepunk es una
de esas muestras de la necesidad de nuevos enfoques en positivo. La propuesta
del hopepunk, por sintetizarlo mucho, es que, en incluso en un futuro adverso,
hay esperanza de cambiarlo en alguna medida, aunque sea con la propia actitud
de los individuos. Desde luego, ya es un avance, pues cambia el “no hay nada
que hacer” por un “algo se puede hacer”, aunque sea a título personal.
Con nuestra
iniciativa se pretende un esfuerzo adicional, además de la necesaria esperanza
y las buenas intenciones de los individuos: proyectar y especular sobre
soluciones, modelos, proponer a partir del conocimiento actualizado (lo que incluye a las ciencia sociales y el conocimiento sobre el propio ser humano) y la tecnología actual lo que podrían ser soluciones a
problemas concretos y ante posibles escenarios negativos. Y, sobre todo, cómo
se llega a los modelos propuestos. No basta con decir
que en un futuro el mundo será mejor; es importante explicar cómo se llega a
ese supuesto mundo mejor. Es lo que sucede, por ejemplo, con “Star Trek” (¡que
nos encanta!), que nos dice, de fondo, que estamos en un mundo mejor, pero no
nos explica en absoluto cómo hemos llegado allí...
En este sentido,
creemos que la ciencia ficción de Kim Stanley Robinson o el solarpunk avanzan
en esa dirección.
¿Cómo ha sido la recepción de esta propuesta en el público?
La recepción de la
propuesta ha sido muy favorable, incluso entusiasta en muchos casos. La
necesidad está ahí y, claro está, no somos los únicos que la percibimos. Lo que
hemos hecho ha sido exponerla y tratar de argumentarla (para ello estamos
publicando también los “Cuadernos Pragma”).
Esta necesidad de
nuevas propuestas no es sólo literaria, es una necesidad real de nuestro mundo
actual. En el ámbito de la economía, las empresas, la innovación, incluso en el
ámbito político y social, se reclama –se necesita– cada vez más ese modo de
pensar especulativo, prospectivo y propositivo plausible que es propio de la
ciencia ficción. Hay gobiernos que ya están contratando escritores de
ciencia ficción para nuevos gabinetes de prospectiva, lo cual nos parece muy
significativo.
¿Existe una diferencia en la recepción en esta propuesta entre el público hispanoparlante y el angloparlante?
No hay diferencia
alguna. Estamos hablando de una necesidad de un mundo global y de problemas
globales. La problemática a la que nos referimos está por encima de las meras
diferencias culturales locales. Precisamente, creemos que uno de los aspectos
importantes a reflexionar es esa necesaria visión del conjunto, de lo global,
que incluye todas las particularidades.
¿Cuáles son los planes futuros de la Fundación Asimov con respecto a Pragma?
Lo primero ha sido
convocar un
premio literario a partir de las premisas del “Movimiento Pragma” para
incentivar y ejercitar este tipo ficción especulativa que creemos necesaria. El
plazo de recepción de obra se cerró el pasado 21 de marzo y ahora el jurado
está realizando la primera selección. La idea es publicar un libro con las tres
mejores obras.
También estamos
publicando los “Cuadernos
Pragma”, que pretenden ofrecer argumentos que permitan avanzar en esta
dirección.
Por otro lado,
entre nuestras actividades, también incluimos charlas sobre literatura utópica
y ciencia ficción, en las que planteamos estas cuestiones. Y, si todo va bien,
es posible que tengamos ocasión de exponer nuestra propuesta en foros sobre
innovación hacia finales de año.
Pueden apoyar a la Fundación visitando su sitio y sus redes sociales
Comentarios
Publicar un comentario