¿Se puede escribir ciencia ficción en un país sin industrialización?

VOX POPULI: ¿SE PUEDE PRODUCIR CIENCIA FICCIÓN EN UN PAÍS SIN INDUSTRIALIZACIÓN?





  

Hemos preguntado en diferentes grupos de Facebook y de sus respuestas se ha generado este artículo. Lo primero es identificar cuál fue la pregunta y luego vendrán las conclusiones.

 

 

Contextualizaré la pregunta:

En la década del 90, dos escritores conversaban durante una convención. Uno de ellos dice:

- ¿Te has dado cuenta que los países sin desarrollo industrial no tienen Ciencia Ficción?

- ¿Tú dices países como Guatemala, Chile, Bolivia, Nigeria?

- Sí. Yo creo que si un país no tiene desarrollo industrial no tiene las condiciones para la ciencia ficción.

- ¿Pero Argentina, México, España NO tienen desarrollada la industria como Inglaterra, Francia, Rusia o EEUU, y tienen ciencia ficción?

- Pero es incomparable. Incluso, me parece que es proporcional. O sea, México supera a Chile, pero no supera a EEUU. Lo mismo ocurre con la importancia de la ciencia ficción proveniente de esos países. Yo creo que está directamente desarrollado.

- Suena lógico. ¿Será así?

¿Qué opinan ustedes? Pongo la década del noventa, porque no había difusión tan fuerte como lo es Internet hoy, pero ¿Se aplica esta hipótesis para las décadas pre-internet?



LAS CONCLUSIONES


El problema historiográfico de la pregunta



El siglo XIX entregó al final de su existencia un gran número de escritores dedicados a la ciencia ficción. fue un siglo científico y todo lo que conformaba la era cuantificado y cuantificable, al menos teóricamente. De este siglo surgió la idea de la hegemonía científica y, por ello, hasta la Historia debía tener sus leyes para legitimizarse como una ciencia y, con esto ganar, respeto y seriedad. La cuantificación de las ciencias llevó a la creación de tecnologías y leyes naturales. La cuantificación de la sociedad llevó a la creación de las ciencias sociales. Dentro de estas, la historiografía fue involucrada surgiendo la sociología, la etnología, la antropología, etcétera. Por ello, todos lo humano debía ser cuantificable y debían descubrirse las relaciones, las leyes, proporciones. De esta tendencia surge la pregunta “¿puede en un país sin desarrollo industrial general ciencia ficción?”. La pregunta se basa en que la ciencia ficción se desarrolla en países como Estados Unidos, Inglaterra, Francia, URSS. Todos estos países son (o eran, en el caso de la zona europea de la URSS) industrializados. Bueno, si bien hoy en día es posible desarrollar ciencia ficción en Panamá, Bolivia, Chile, Nigeria con los avances de los medios de comunicación y da lo mismo el país pues, con acceso a internet, cualquier persona se puede informar sobre cualquier tema, sólo depende de su rigurosidad investigativa la precisión de sus conclusiones para basarse y crear ciencia ficción. Sin embargo, qué sucede con los años previos a internet. ¿Por qué hubo una intensa CF en los países industriales y no en los países no industriales?¿es válida la sentencia, que pareciera que se demuestra por los hechos?




¿Qué ciencia ficción estamos evaluando?


Suponiendo que existiera una relación entre la generación de literatura de ciencia ficción y el nivel de desarrollo industrial a nivel país, entonces, haciendo caso a las palabra de Julio O. Manzo, debemos definir bien qué es ciencia ficción o al menos, definir cuál tipo de ciencia ficción, si la CF en general o las subdivisiones que consuetudinariamente se suelen realizar, teniendo por principales a la ciencia ficción dura y blanda. Para Manzo, “cualquiera que comprenda las consecuencias de la tecnología puede escribir ciencia ficción”. Por esto mismo, dentro de las clasificaciones, defino la ciencia ficción para este estudio como una construcción narrativa que usa como núcleo de la trama el desarrollo cientìfico y tecnológico, y cuyo autor intenta mantener la verosimilitud, la lógica y la racionalidad de sus argumentos frente a un público lector que busca tales características en el texto.

Esto marca una diferenciación con la ciencia ficción blanda, pues en esta, el centro del argumento pueden ser cambios sociales y económicos (distopías), mixturas entre géneros (“realismo mágico y naves espaciales”), proyecciones sociopolíticas (utopías y ucronías) o, incluso, ucronías tecnológicas como (raypunk, steampunk, atompunk, etc). 

Hay autores de ciencia ficción dura muy conocidos, aunque los más famosos son aquellos que escriben desde la zona fronteriza de la ciencia ficción dura y la ciencia ficción blanda.

Me centro principalmente en aquellos que escriben ciencia ficción basada en proyecciones tecnológicas y científicas “de escenarios futuros”. 

Con esto, se establece una relación comprobable. Pero, ¿Es real esta relación?¿Por qué en Latinoamérica no hay una ciencia ficción dura? Incluso, siendo más incisivo ¿Por qué en Latinoamérica no hay una ciencia ficción tan abundante? Ahora existe, eso está claro, pero, cuando no se disponía de internet. Entonces llegamos a la pregunta ¿Por qué en Latinoamérica antes del nuevo milenio no hay una ciencia ficción tan abundante como la que existe en los países industrializados?¿Es que hay alguna relación?


Según la mayor parte de los usuarios de Facebook que comentaron la pregunta, la respuesta está en la difusión.


¿Existe en Latinoamérica la relación obras de ciencia ficción/Nivel de desarrollo industrial?


Se dice que en Latinoamérica, la literatura fantástica preferida es el realismo mágico. No me detendré en el común lamento de los escritores latinoamericanos que indican que ante las editoriales, al proponer sus obras, si no se escribe sobre temas sociales o folklóricos, la respuesta siempre será una mirada entre rechazo y desprecio. Un reflejo de esa mirada se puede identificar ante las autoridades académicas de universidades, centros de investigación e Institutos culturales. Eso era antes y ahora, indican, está en menor grado. Pero ¿Cuál es el problema con la ciencia ficción en Latinoamericana?


La relación entre Ciencia Ficción e industrialización puede ser sostenible como una hipótesis, pero no en la forma de una relación proporcional, matemática, fija y directa, sino que en la forma de las condiciones sociales que ofrecen los países desarrollados. Para algunos usuarios, la ciencia ficción se desarrolla en los países industriales tal como se podría generar en los países latinoamericanos. Eso lo ha demostrado la actualidad, en la que hay autores latinoamericanos que escriben ciencia ficción tal como si lo hicieran estando en Francia, China o Inglaterra. Ahora bien, si la mayoría de los autores de ciencia ficción conocidos anteriormente al nuevo milenio corresponden a autores de países industriales es otra temática. Si bien es cierto que “existieron” autores de ciencia ficción en Latinoamérica antes de la década del dos mil, la proporción de los existentes en los países desarrollados es enorme. Siendo arriesgado en la estimación, por cada autor latinoamericano de ciencia ficción podríamos nombrar cinco autores norteamericanos. Que no se entienda que esto es una denigración. Es solo que, viendo las proporciones, los autores en los países industrializados son más numerosos que en los países de economías primarias y secundarias. Una forma de comprobarlo sería examinar el número de inscritos a clubes de ciencia ficción franceses, ingleses, norteamericanos, alemanes y compararlo con los propios de los países latinoamericanos.

Esto podría transformarse en una “ley”, al estilo sociológico, de no ser por excepciones, y una de esas fue expuesta por el usuario Juan Carlos Cortés: ¿Por qué España tiene tantos escritores de ciencia ficción siendo que no es un país industrializado?


La excepción: España.


Un usuario indicaba que Suecia y Alemania eran países industrializados, pero no tenían escritores de ciencia ficción conocidos. Sin embargo, Martín Stricher indicaba que no eran conocidos los escritores de tales países en Latinoamérica, pero sí lo eran en Europa y Estados Unidos. Por otra parte, suponiendo que se analizara el caso de Suecia, se descubre que la industrialización sueca tiene dos partes: una incipiente a inicios del siglo XIX que fue interrumpida por la II Guerra Mundial, y una reciente, generada en las últimas décadas del siglo XX. Por ello, es entendible la idea de que las grandes apariencias de las compañías suecas generen la idea de un país industrializado y, por ende, con ciencia ficción, pero la hipótesis se basa en la época previa a los años 90. 

Sin embargo, España es una excepción a la idea de que un país industrializado (a la escala de Francia, Alemania, EEUU, Japón, Inglaterra) genere ciencia ficción. Hay quien podría indicar que España en realidad, durante las últimas cuatro décadas previas al cambio de milenio fue un “reflector” de la ciencia ficción mundial por el hecho de contar con los medios de traducción. Pero, como es de esperar, en este proceso de traducción, las revistas y fanzines generados permitieron introducir a autores españoles de ciencia ficción. Es decir, hubo un crecimiento del número de escritores de ciencia ficción españoles basándose en esta capacidad de difusión. Y esta última palabra es la clave.



El problema: La difusión


¿Qué tienen los países desarrollados antes de los años 90` que permite el desarrollo de la ciencia ficción a grandes magnitudes? Los usuarios indicaron que hay muchos factores que determinan que es la DIFUSIÓN el aspecto clave que tiene la industrialización.

Los perfiles participantes de la conversación en Facebook dieron varias indicaciones relacionadas con la difusión como factor. Estas indicaciones se pueden resumir en los siguientes puntos:


Dentro de la condición para que haya una difusión de la literatura de ciencia ficción hay condiciones que debe tener un país de forma relevante. Ese Sardón indicaba que no es muy alejado de la realidad darse cuenta que un país sin industrialización no tiene ciencia ficción, tanto que puede incluso aplicarse al hecho de que países agrícolas no tienen desarrollada una literatura masiva. No quiere decir que en Nepal, Azerbaiján, Argelia, donde la ruralidad de la población tiene altos porcentajes; no existan autores de literatura, o quizás, que no existan autores de ciencia ficción. Pero es muy frecuente el hecho de que con una población con mínimos índices de lectura o, incluso, alfabetización, aquellos autores que realizan obras queden con la impresión de que la lectura, en sus países, no es un pasatiempo masivo. Así mismo, algunos autores coinciden en el comentario “soy más conocido en el extranjero que en mi propio país”. Ahora bien, indica Martín Stricher, una literatura de ciencia ficción requiere lectores conocedores de ciertos aspectos científicos. Eso no quiere decir que un habitante de alguna zona montañosas, donde la energía eléctrica es una novedad -o un lujo-, no pueda entender una obra de ciencia ficción. Pero la lectura implica un grado de paciencia, tolerancia y capacidad de superar la frustración para el lector que desconoce palabras, conceptos, simbolismo. 

¿Es vinculatorio el conocimiento científico básico para leer ciencia ficción dura?¿Es vinculatorio el conocimiento científico básico para escribir ciencia ficción? Patricia Taberner se pregunta si Mary Shelley, sin atestiguar los experimentos de Galvani ¿Hubiese escrito Frankenstein?


Otro aspecto que implica la “Difusión” es la condición económica en la que se encuentra un país. Un desarrollo industrial, como el percibido con la industrialización de finales del siglo XIX permitió a las personas atestiguar las maravillas tecnológicas del progreso a través del tren, de las comunicaciones por Morse, por teléfono, de las grabaciones, de las películas en blanco y negro. Ese empuje no se detuvo y fue mantenido por las políticas industrialistas para recuperar la economía tras la Crisis Económica de 1929, la cual tuvo una escala mundial y obligó a los gobiernos a invertir en el desarrollo científico y tecnológico. Así mismo, en las décadas posteriores, la Segunda Guerra Mundial provocó que muchos gobiernos fomentaran el desarrollo de la industria local con el objetivo de sustituir las importaciones, ya sea con un objetivo proteccionista, ya sea porque la escasez de los bienes industriales generaba estancamiento y caída de las economías nacionales. Como fuera, la primera mitad del siglo XX fue una época en la que cada gobierno buscaba “modernizarse” y “modernizar la economía” y, precisamente, es esa época lo que los especialistas en literatura de ciencia ficción llaman “La época dorada”.

Por esto mismo, los escritores de ciencia ficción eran especialistas en materias de ciencia y tecnología, ya fuera por sus profesiones o por afición. Y el público que las leía era un público que tenía cierto conocimiento científico. Es cuando se produce la división entre el estilo de Julio Verne con el estilo de H.G. Wells. Pero si el público que entiende la ciencia ficción, en su mayoría, es un público instruido, con conocimientos científicos y capaces de comprar un libro, entonces ¿Es la ciencia ficción una literatura de clase media? Da la coincidencia de que existe un ínfimo desarrollo de la CF en las ruralidades, en las cuales el campesino, a inicios del siglo XX e incluso hoy en día, sabe leer, pero no lee. Lo mismo se aplica a los obreros, que saben leer, pero no leen. Entonces, la ciencia ficción no es una que atraiga a la clase baja. Esa es la apariencia de esa sentencia que suena a “positivismo decimonónio”, casi un “neodarwinismo social”. México, España, Argentina, Venezuela, Chile no eran países industriales a inicios del siglo XX. Comenzaron a serlo tras la Segunda Guerra Mundial, ya sea por el Plan Marshall o por la Alianza para el Progreso. Coincidentemente, es en esta época, a mediados del siglo XX, cuando se desarrollan los primeros escritores latinoamericano de ciencia ficción como tal (ya existían autores, pero de “ciencia ficción” que más podía ser alegorías políticas o utopías proyectistas). Pareciera que fuera necesaria, como dijo un usuario de facebook, la existencia de una “cosmovisión científica”.

Otro factor hipotetizado -que quede claro, por favor, que los factores aquí expuestos son los entregados en forma de comentarios por parte de la comunidad de facebook aficionada a la ciencia ficción. No son de mi autoría. Yo solo las convierto en su forma escrita y extiendo un poco la reflexión-; otro factor que se indica es que, para el caso de EEUU, la población era parte de la tecnología, la poseía en su entorno, era parte de una tradición social. A fines de la década de 1880 llegaban a Chile las primeras grandes locomotoras de transporte público, mientras que en EEUU y Europa, ya estaban por cumplirse treinta años desde las primeras (CORROBORAR). Esta evocación tecnológica a simple vista del peatón, del hombre a pie, se puede comprobar con el diseño de los autos. Tras las interrupciones culturales que significaron la Crisis de 1929 y la II Guerra Mundial, la tecnología, la evocación tecnológica se abrió paso para su representación en el diseño de los autos con sus formas semejantes a naves espaciales y cohetes. Se pasa desde el diseño de las carrozas, elegantes y suntuosas, a modelos más juveniles, que representaban velocidad, futuro y tecnología. ¿Cómo evadir esto, si al llegar a la casa, además, se encontraba con la nueva juguera, el nuevo televisor, el nuevo refrigerador? Si durante el siglo XX, como indica Erick Hobsbawn en “Historia del siglo XX”, se produjo una democratización de la tecnología, esta significó que la tecnología ya no era suntuosidad, no era de sibaritas; ahora, la tecnología estaba al alcance de la clase media y, con esto, la ciencia ficción es asociable -repito, hipotéticamente asociable al crecimiento de la clase media-.

En esta década es posible, entonces, gracias a este extenso público, receptivo a las ideas tecnológicas, contar con un mercado consumidor del cual un escritor de ciencia ficción pueda vivir. Esto ayudó a la difusión. ¿Es posible que existiera este interés en un país con una mayoría rural?¿O en un país teocrático, en el que la ciencia es tabú, como lo fue durante siglos medievales Occidente, incluso hasta inicios del siglo XIX en América Latina, incluso hasta en nuestros días en algunas comunidades amazónicas? Quizás acá hay un problema, puesto que estamos dando por hecho de que la literatura de ciencia ficción es omnipresente en la actividad literaria occidental. ¿Cuáles son las temáticas y géneros de los libros más vendidos en década 2010-2020? Incluso, respetando los límites impuestos por la pregunta inicial ¿Cuáles son las temáticas y géneros de los libros más vendidos en el siglo XX?¿Qué porcentaje representan los libros de ciencia ficción en los top de ventas?¿Qué porcentaje representan los libros de ciencia ficción en la selección de los planes escolares en colegios y en las universidades?¿Qué tan reseñadas y difundidas eran estas obras? Que exista una sociedad tecnologizada no implica que la ciencia ficción sea el género literario predilecto. De hecho, la ciencia ficción no es tan fuerte como la fantasía ¿Qué libro compitió contra Harry Potter o Canción de Hielo y Fuego o Crepúsculo? Sin embargo, esto no quiere decir que la literatura de ciencia ficción era menor o comparable con la existente en países agrícolas o teocráticos.


Suponiendo que las décadas “de la ciencia ficción” fueron los años 20 y los años 50 y 60 del siglo XX, eso se debe a que los autores podían escribir y ser remunerados por ello, al igual que las editoriales eran capaces de imprimir decenas de miles de ejemplares y sobrevivir con una línea editorial dedicada al género. Ello ayudaba a la difusión, pero, ¿qué sucede en el resto de los países? EEUU no peleó una sola guerra en su territorio continental en el siglo XX. Inglaterra, solo durante la Segunda Guerra Mundial, tuvo un ataque a su soberanía. El resto del siglo será deshacerse de las colonias ya sea por indicativo de las Naciones Unidas o por el ingente costo de mantenerlas. España, que venía desde el siglo XIX con la “generación del 98” tuvo convulsiones políticas que pasaron por Primo de Rivera hasta que muere Francisco Franco en 1975. Como bien dice Chuck Ritterdorf en Facebook, es necesario considerar las consecuencias económicas de los estados políticos de cada país, poniendo de ejemplo a la Revolución Mexicana.

Es decir, el desarrollo de la difusión se puede establecer en base a un público con “cosmovisión científica”, una situación económica estable para la clase media, las editoriales y la industria del entretenimiento (cine, tv, convenciones, competencias). Esto permitiría un desarrollo editorial potente, como indica Ricardo Zarate. Sin embargo, si el país está convulso, no habría mercado para el desarrollo de la ciencia ficción. Incluso hoy, China es un país que invierte en la difusión de la ciencia ficción -en esta especie de “carrera cultural” contra Occidente- y está dando grandes resultados, considerando además que China es un país industrial desde la década del 70`. Listo, problema resuelto. Sin embargo, surge una duda ¿Qué país era principalmente agrícola, con una clase media algo reducida, convulsa durante todo el siglo XX y que desarrolló ciencia ficción? 


El caso de Argentina


Durante el siglo XX, Argentina desarrolló una industria que permitió la supervivencia de empleos y generación de las sustituciones a las importaciones. A pesar de que su principal exportación es agrícola y ganadera, poseían una clase media, empobrecida, educada, lectora. ¿Qué hizo entonces que Argentina se convirtiera en un núcleo de difusión de la literatura de ciencia ficción? Lo primero es que se homologa el efecto que se produjo en el país ibérico. Si en España se traducía lo inglés y se adjuntaba a ese fanzine uno que otro relato escrito por un español, en Argentina sucedía algo similar, considerando además que ese país salió de la dictadura militar a mediados de los años 70´, por lo que la apertura cultural en España y Argentina fueron coetáneas. Pero no solo fue eso. Martín Stricher indica que un factor relevante para este surgimiento de lo fantástico como una literatura masiva fue el respaldo que encontraban los cultores del género en escritores de renombre internacional como lo fueron Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares. Tal garantía genera una mayor aceptación, evitando así las repudiables actitudes que los grandes académicos realizaban contra la ciencia ficción, basándose, generalmente, en las lecturas de las series pulp o en las películas de ciencia ficción con diseños extravagantes y estereotipados. 


Conclusión


La respuesta a la pregunta si es necesario que un país sea industrial para desarrollar literatura de ciencia ficción puede ser más compleja que un sí o un no. Hoy, en nuestros tiempos de hiperconectividad, en los cuales los relatos, la información, las novedades científicas tienen costos muy bajos -desde un click hasta tres dólares-; investigar para crear una novela o para confirmar hipótesis o para elaborar propuestas resulta ser muy simple, accesible e inmediato. Pero ¿qué sucede en la comunidad que no posee internet o smartphones o, incluso, televisión? Es una asimetría en el acceso a los datos. Esa situación es similar a la que vivía el mundo previo a Internet. En ese mundo (o en el de entonces), el contexto tecnológico marcaba la cotidianidad del creador, si es que el país había desarrollado la capacidad de adquirir tecnología. Para un habitante indígena de las zonas más profundas del Amazonas que visite Tokio, Silicón Valley u otra megaurbe, al volver a su tribu, reunidos en torno a una fogata, resguardados del viento por sus quinchos y carpas de pieles y madera; aquel viaje, aquel relato, será ciencia ficción. ¿Habría sido posible para ese indígena escribir ciencia ficción en su tribu? Lo más probable es que sí. ¿Y habría sido posible que escribiera ciencia ficción dura? También. ¿Habría desatado un movimiento literario de ciencia ficción en su tribu? Tal vez. Nada impide que él genere ciencia ficción. La pregunta es si lo que genere será parte del resto de su tribu. Si él será el único que hable de esos temas y le digan que “anda en la Luna” o que un grupo mayor de escritores elaboren obras de CF. No es si existirá un escritor, sino que es si existirá un movimiento literario grande y sostenido.  En mi opinión, un hecho importante para que algo sea “calificado por mi persona” como ciencia ficción es que sea lógico, racional y con la mayor verosimilitud posible. SIn embargo, que un país agrícola tenga un fuerte índice de obras de ciencia ficción me parece poco probable, en base a lo que las estadísticas históricas señalan. Sí creo que la clave está en la difusión y, en este momento de mi vida, con la información que dispongo, creo que hay una relación entre la situación socioeconómica industrial de un país y la masividad de escritores de ciencia ficción que lo habitan.


Comentarios

Entradas populares