Alciffcon III Testimonio Ingrid Guzman
ALCIFFCON III
Panel «Puertas al fantástico: Editoriales,
sueños y ... el presupuesto»
¿Existe un rol definido para una micro/mini
editorial de género o nicho, en el mercado chileno? ¿Debería tenerlo?
Hay que iniciar esta discusión definiendo
qué se entiende por editorial independiente o pequeña en el Chile de hoy. El
mercado en estos días se ha volcado a convertirse más en “imprentas con
edición” a diferencia de las editoriales como se conocía antaño; en donde un
escritor llegaba con un manuscrito, el comité editorial te lo aprobaba, se
firmaba contrato, se establecía un período de corrección en el cual un editor
trabajaba codo a codo con el autor estableciendo las mejoras que el texto
necesitaba; se diagramaba, maqueteaba, se imprimía, se publicaba. La editorial
se encargaba de la distribución y venta, y el autor recibía un estipendio por
volumen vendido o un monto fijo por la tirada. Aunque existen algunas
editoriales pequeñas que funcionan aún con este mecanismo, se tiende más al
modelo híbrido, donde el escritor corre también con los costos aportando una
parte, y desde ese punto los mecanismos se dividen en una cantidad de volúmenes
para la editorial y otro tanto para el autor, o mejor valor de vuelta por
volumen vendido, o… hay muchos mecanismos que se han ido creando y no vale la
pena mencionarlos acá. El punto es que las pequeñas editoriales, no solo las de
nicho, están optando por este último mecanismo. Si bien eso puede establecer
una diferencia en el producto final debido a que como el autor corre con parte
del costo tiene mayor poder de decisión respecto del contenido, es la manera
que han optado algunas como modelo de mercado para sobrevivir.
Ya establecida esta diferencia, y
considerando aquellas que no importando el mecanismo de cobertura de los
costos, realicen un proceso de edición serio, juegan un rol bastante importante
para la divulgación de las obras de corte fantástico (incluyendo dentro de este
género los subgéneros de ciencia ficción, fantasía, terror y otros similares
que pudiesen existir). Las editoriales tradicionales grandes, publican cuando
tienen a un autor cuyo éxito está asegurado por ventas previas o por cantidad
de seguidores en las RRSS. Claramente persiguen un objetivo de ventas y no de
contenido. Ahora, para llegar a ese punto, un escritor desconocido solo puede
acceder a las editoriales pequeñas para darse a conocer. Cuando ya tiene un
público cautivo, entonces es cuando las “otras” lo pasan a reconocer como
objeto “vendible” y entonces lo incorporan a sus filas. Un ejemplo reciente, es
el escritor Hugo Riquelme Becerra, que después de siete libros publicados en
editoriales pequeñas, lanzó “Terror en cerro moreno” a través de Penguin Ramdom
House.
Entonces, ¿las editoriales pequeñas tienen
un rol? Pues claro, es el lanzamiento de nuevas voces, las que de mantener su
calidad se volverán en las referentes del futuro.
En la era de lo digital y la creación de
contenido inmediato, en donde hasta las grandes editoriales tienen problemas
para imprimir, ¿cómo luchan las micro y mini editoriales por estos días?
Aunque puede existir la percepción de que
el mercado digital cambió para siempre la industria del libro, los años han
demostrado que solo se abrió a un nuevo frente; el anterior de papel sigue
siendo muy fuerte y difícil que desaparezca en el corto plazo.
Algunas editoriales han optado disminuir
sus costos mandando a imprimir a China. Eso les permite recortar costos, aunque
es muy nueva esta tendencia para definir si se mantiene en el tiempo.
Por otro lado, también se ha probado que el
subir un libro a alguna empresa del área digital como Amazon para impresión o
descarga, no resulta en subir las ventas, corriendo además múltiples peligros
respecto a la piratería, convirtiéndolo en un riesgo demasiado elevado.
La eliminación del IVA es una discusión
bastante antigua, ¿es finalmente algo que vaya a cambiar el panorama si se
elimina?
Si bien no he leído ningún estudio serio,
la experiencia y conversación con distintos participantes de la industria del
libro (pasando por lectores, editoriales y libreros) demuestra que la
eliminación del IVA sólo sería un “gesto” de respeto hacia la cultura, pero que
en ningún caso afectaría en una mayor venta de libros. El costo elevado de los
libros en Chile no pasa por el IVA, si no que por todos los procesos
involucrados, desde el precio del papel, lo que están cobrando las imprentas
(por algo la alternativa China ha surgido fuerte), el pago decente a los
profesionales involucrados, y principalmente por la poca cantidad de volúmenes
por tirada. Este es el gran meollo del asunto y eso tiene que ver con la poca
adherencia a la lectura y sobre todo de autores chilenos independientes. La
discusión sobre el rol del Estado sobre el papel que juegan los libros y la
cultura dentro del desarrollo del país da para un artículo por sí solo, pues es
algo que veo en falta actualmente.
¿Deberían las micro y mini editoriales
tener más ayuda estatal mediante fondos concursables y promoción interna y
externa?
Esto entra dentro de la discriminación
positiva. Si bien algunos votarán en contra, creo que hasta que lleguemos a un
punto donde ya no sea necesario un apoyo estatal y la industria sea tan
relevante que se sostenga por sí sola, sí se requiere de todo el apoyo que
pueda recibir: fondos concursables, promoción, apoyo desde la industria
privada, etc. La promoción principal debería iniciar con el fomento lector en
los colegios, donde se incorporase dentro de las lecturas obligatorias a libros
de escritores chilenos contemporáneos. ¿No sería maravilloso para un niño leer
un libro y después tener una charla persona a persona con quien lo escribió? En
algunos colegios privados han optado a veces por esta alternativa y ha
resultado en una mejor experiencia mucho más gratificante para los alumnos y
una mayor adherencia al objeto libro. Cito como ejemplo a Michael Rivera Marín
que ha logrado posicionar sus libros de terror para adolescentes en algunos
colegios.
¿Vale la pena una internacionalización
editorial?
Siempre. Pero -lamentablemente sí, hay un
pero- existen temas de regulaciones y precios entre países que impiden que las
editoriales chilenas pequeñas lleguen directo al mercado extranjero. Finalmente
es el autor quien debe moverse por sus propios medios para conseguir publicar
con editoriales de otros países.
¿Publicar con una micro/mini o
autopublicar?
Cada alternativa de publicación para un
escritor desconocido o “independiente” en Chile es válida. El punto es tener
claro los costos, el presupuesto disponible, el público objetivo, el objetivo
de impresión, el esfuerzo de marketing. Estas y otras variables las suele pasar
por alto el autor neófito, que cree que va a ser famoso de inmediato y que va a
ganar mucho dinero. Esto da para otra conversación, acerca de las expectativas
de un autor novel y el aterrizaje a la realidad de ser escritor en Chile, sobre
todo de aquellos que inician su carrera con una saga de fantasía emulando a
J.K. Rowling.
Ahora, independiente de cual sea la
elección, siempre y recalco SIEMPRE hay que asegurarse que pase por los ojos de
una persona versada en edición de textos, y ser consciente del desapego que
debe tenerse con la obra para reconocer que puede ser mejorada si esos ojos te
proponen algo. Es horrible ver cómo algunas personas, por la premura de
sentirse escritores, autopublican sin mediar un editor serio y eso se nota
demasiado en la lectura. ¿Qué consiguen con eso? Que uno como lector no quiera
seguir leyendo. Una historia, por muy buena que sea, si está llena de ripio, no
es agradable de leer. Me ha pesado en lo personal con algunas editoriales y con
algunos escritores, y conversando en algunos círculos, es un tema que se
repite. Simplemente me tendrían que pagar a esta altura para poder leerlos, así
de doloroso se siente.
Finalmente, también se debe considerar que
por mucho que la editorial se mueva por tu libro, tú como escritor sí o sí
debes poner de tu parte por promocionar el libro. Este costo en tiempo y
presencia en medios también debe ser considerado.
En este mundo actual, las RRSS dan una
buena ayuda a los escritores que se vienen recién incorporando. Lo bueno y lo
malo ya lo han sufrido varios escritores antes, así que el nuevo autor puede
recurrir a las redes que ya se han armado para pedir guía. Por ejemplo,
recientemente se creó la agrupación que aúna a los escritores chilenos
independientes: CEEAC.
Como reflexión final asociada: ser escritor
chileno independiente de nicho, puede ser desgastador a veces, pero la
recompensa, cuando alguien es remecido por tu historia, vale el esfuerzo.
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