Entrevista a Fabiola Castillo
¿Cómo se gestó tu Saga de los Portales?
“Elemental” fue mi ópera prima. Empezó sin
estructura ni demasiada planificación, sólo con el deseo de escribir. La idea
era abordar la superación del temor en una niña, pero no sabía todavía que Dru
sería Asperger.
Otro punto que consideré eran los arcos
geológicos, que se originan en un intercambio de emails con un noble europeo
que tiene un arco espectacular en sus terrenos. Pero lo que más me importaba
incluir era el mensaje de cuidado y amor al medio ambiente, y darle
protagonismo a mis seres fantásticos favoritos: los elementales, conocidos
vulgarmente como ‘fae’.
Escribir mi primer libro fue una
compenetración con las musas, prácticamente se escribió solo. Creo que mi
motivación era la adecuada para impulsar el proceso creativo. Después escribir
se convirtió casi en un vicio.
¿Habías escrito literatura fantástica
antes?
Nunca antes había escrito narrativa, sólo
poesía y guiones para obras escolares, algún ensayo.
¿Qué libros son tus referentes para
inspirarte?
Un autor que es habitual para muchos
escritores de fantasía épica: J.R.R Tolkien, mi escritor favorito. Todos sus
libros me gustan, pero debo aclarar que, a diferencia de Tolkien, la “Saga de
los Portales” es Bajo Fantasy, o Fantasía Urbana, no Alto Fantasy. Yo no he
creado un mundo completo, sino que mi historia transcurre en nuestra realidad,
pero en un contexto fantástico. Es el fin del mundo por colapso ecológico, no
una distopía, sino que es peri-apocalíptico. El fin del mundo está ocurriendo.
¿Alguna obra chilena de referencia?
No tuve un referente chileno de narrativa
fantástica, me avergüenza admitir. Mi excusa es que soy psicóloga y entré al
mundo literario sin conocimiento ni experiencia en esta área, aparte de leer.
Posteriormente a publicar “Elemental”, me convertí en bookstagramer, conocí más
escritores y leí varias novelas interesantes, como la saga “Zahorí” (cuyos
elementales no se parecen a los míos porque son mitad humanos y brujos, no
seres de luz encarnados) y la Saga “Malamor”, así como Alto Fantasy de la Saga
“Cenizas del Juramento”.
¿Cuáles son los miedos que te rodean en
cuanto a la situación de nuestro planeta?
Muchos, padezco ansiedad ecológica. Desde
hace décadas me ha preocupado el tema, en especial, la extinción de especies y
su desplazamiento forzado debido a la invasión humana. La Saga de los Portales
ha sido para mí una cruzada personal, un modo de exorcizar esos temores, a
diferencia de otras de mis novelas. Con la saga, intento atraer jóvenes a la
causa pro-Gaia y crear tanto conciencia como amor para la tierra en que
vivimos. Además, deseo educar a través de alegorías de seres elementales
lanzando todo tipo de desastres naturales como contienda épica. En efecto, eso
puede ser visto como ataque, pero son un medio de homeostasis, de regulación de
un planeta enfermo. Mis peores miedos se solucionan al final del cuarto libro,
una solución definitiva.
¿Cómo ha cambiado tu manera de escribir a
lo largo de la Saga y cuáles son los ‘vestigios’ que se han mantenido?
Ha cambiado mucho en cuatro libros. Al
principio escribir fue pura inspiración, terapia, catarsis y placer. Después
empecé a buscar estructura, para que no me ocurriera lo que a George R. R.
Martin: ¡un nobel para quien pueda esquematizar su “Canción de Fuego y Hielo”!
La “Saga de los Portales” tiene más de dos mil páginas, nueve personajes
centrales y tres antagónicos, más un personaje narrador en off, pero también
contiene decenas de niveles, personajes y trama secundaria ligada a las
visiones de los portales. Por ejemplo, “Elemental” es el libro introductorio y
lo llamo ‘libro de Tierra’; “Vestigios”
es el segundo y un ‘libro de agua’. Cuando descubrí esto, supe cómo debía
escribir cada libro. Digo ‘descubrí’ porque, al igual que el gran Maestro
Tolkien, yo no inventé el mundo de Elemental, sino que lo descubrí. Estaba allí
antes de que yo lo escribiera. El ‘libro de Tierra’ es estructura y certeza, es
sólido. “Vestigios” es pura involución, sumergirse en emociones fluidas, que
tiñen y arrasan todo. “Encrucijadas” es el libro de aire, la incertidumbre de
la libertad, el cambio continuo y la búsqueda de respuestas a preguntas
esenciales. “Postrimerías” es el libro de fuego, que purifica al destruir; el
fin del mundo total, la vorágine del horror, para surgir como el fénix,
renovado.
Los remanentes o ‘vestigios’ de mi
escritura original que me preguntas, son la iluminación por las musas, que me
llevaron de la mano en toda la saga, la pasión. Curiosamente, de los cuatro
libros, aquellos que menos me gustaron al principio se convirtieron en los
favoritos de mis lectores. A la larga, también me han gustado, pero su trama se
escapaba a mi control, los personajes cobraban vida propia, hacían lo que
querían. Se escribieron en una línea divergente a lo planificado, pero, al
parecer, una línea mejor.
¿Cómo ha sido la recepción de la Saga a lo
largo de los años?
La crítica de mis lectores ha sido buena,
en especial de los dos últimos libros de la saga. No he tenido una crítica
demoledora. El bibliotecario de la Biblioteca de La Reina dijo que creía que
“Elemental” era una novela más para adultos, pero creo que los adolescentes son
capaces de leer libros con contenidos más intensos y lenguajes más refinados.
Allá en esa biblioteca hay una copia impresa, si los de La Reina quieren leer.
No he tenido un gran éxito comercial, lo
que es esperable considerando que el formato de ebook no es muy popular y sólo
“Elemental” fue publicado en papel en Chile y en Amazon. Lo que más me
enorgullece es que conozco algunas lectoras, en especial mis lectoras beta, que
dicen que la “Saga de los Portales” marcó una diferencia. Eran adolescentes
‘influencers’ que ahora son jóvenes profesionales, una de ellas inició hace
poco una relectura de la saga, lo que me emociona mucho.
¿Qué consejo le podrías dar a una pequeña
niña antofagastina que está algo dudosa de escribir fantasía?
Tal vez esa niñita fue impulsada por sus
profesores y sacerdotes de su colegio católico a escribir ‘en serio’, porque de
ese modo se logra cambiar el mundo. Le diría a ella que no lo crea. La fantasía
puede ser muy seria, transmitir valores a los jóvenes y cambiar vidas, mucho
mejor que una lectura ‘seria’. Identificarse con algo no se consigue si no hay
puntos de convergencia. Un lector hombre adulto me dijo que le gustó mucho
“Elemental”, pero que era demasiado juvenil. Pues sí, mi objetivo al escribirla
era levantar jóvenes de su sillón para que fueran a conocer la naturaleza. Para
lograrlo incluí romance, aventura y épica. Es lo que identifica a los jóvenes,
y al niño interior que llevamos los fanáticos de la fantasía. Sin embargo,
estoy convencida de que la lucha del planeta por sobrevivirnos a nosotros es
muy épica. Que un libro sea juvenil no es sinónimo de superficial ni tonto.
¿Qué es más profundo, filosófico, que tener que decidir entre la supervivencia
del ser humano versus la supervivencia del resto del planeta?
¿Qué estrategias le sugieres a esa niña?
Que disfrute el camino, el proceso
creativo. Algo que me caracteriza (y es una bendición), es que tengo una
profunda motivación de logro de aprendizaje, en vez de motivarme al desempeño.
Eso no tiene valor para mí, sólo me interesa lo que escribir me ha enseñado. El
camino es invaluable. Y si, por añadidura, ha tenido resultados favorables,
mejor. Quiero que me lean.
¿Cuáles son las formas de conseguir su
obra?
La “Saga de los Portales” está completa en
Amazon como ebooks, pero sólo “Elemental” se puede encargar ahí en papel, tapa
blanda. Un ebook de Amazon se lee con el lector o aplicación de Kindle, que
puede descargar en cualquier dispositivo. Una vez registrado en la página de
Amazon, puedes descargar Kindle a un computador, una Tablet (es bueno para leer
en la playa o cualquier lugar), en un teléfono móvil o en el aparato de Kindle.
Es un tipo de Tablet que sólo sirve para leer, con la ventaja de cuidar la vista
del lector. La letra se puede agrandar o reducir, el formato se puede adaptar,
tipo de letra, avance, etc. Está asociado a GoodReads, puedes valorar el libro
al terminar de leerlo sin salir del Kindle. Deseo imprimir mis libros para
Chile en un futuro no muy lejano.
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