Andrés Eloy Primera Fase
— Despierta Austin —la robótica voz de Óscar se activó para
arruinarme el sueño— el desayuno se preparará a las 9:30, hora terrestre.
— Óscar —me tapo los ojos antes de que active la iluminación
de la habitación— ¿Qué hora es?
— Son las 8:00 en punto, hora terrestre.
Nuevamente me despertó media hora antes, al parecer los
técnicos aún no logran reparar del todo la inteligencia artificial de la nave,
mientras siga fallando en pequeñeces como programar la hora para despertar todo
estará bien.
Tras acabar de ducharme y lavarme los dientes una llamada
suena en mi muñeca, con dos dedos golpeo mi articulación para que se despliegue
la pantalla holográfica, mi esposo me está llamando, deslizo la imagen hacia el
televisor de mi habitación, presiono el holograma que aun esta sobre mi muñeca
para contestar.
— Buenos días —Ulises sonríe al verme levantado tan
temprano— ¿Siguen con problemas de despertador?
— Si —digo mientras me quito la toalla para colocarme el
uniforme de la nave espacial— hacen lo que pueden después de la lluvia de
meteoritos.
— Quería recordarte que la próxima semana es el cumpleaños
de Noelia.
Asiento con la cabeza mientras busco mi ropa interior y
pantalones— ¿Le compraste la gaita?
— Si —dice en tono lamentable— no puedo creer que te pusieras
de su lado con eso.
— Tenemos que dejar que descubra lo que le apasiona.
— Al menos ya sabemos que no es pintar en óleo, el golf o el
skate, ojalá que no desee conocer el espacio.
Me giro hacia la pantalla mientras me coloco la polera—
Tampoco es tan malo.
— Este año cumplirá 18 y si ella también se va al espacio
como tú, créeme que me sentiré solo.
— No te preocupes, para cuando ella se gradúe, yo ya estaré
regresando.
— Espero con ansias que regreses, te extraño.
Escucharle decir eso me saca una sonrisa— Yo también te
extraño —le arrojo un beso— debo ir a desayunar.
— Recuerda no comer tanto azúcar.
— Si, me estoy cuidando.
La llamada se corta— Óscar, apaga la pantalla.
Presiono el botón que está debajo de la esquina derecha de
la cama, unos brazos metálicos salen de esta para ordenar las sabanas, mientras
hace eso abandono la habitación para ir a desayunar.
En el pasillo D me encuentro con Alberto de bodegas, nos
vamos juntos al comedor.
— ¿Cómo van las cosas allá afuera? —me pregunta— ayer por la
noche escuché decir que instalar los paneles fue un éxito
— Espejos de mylar aluminizado, es diferente a un panel.
Alberto levanta sus manos para mostrar las palmas hacia el
frente— Espejos de mylar, perdón por hablar como mortal.
— Es importante que sepas como se llaman las cosas, todos en
esta nave tenemos que comprender como es que lograremos volver Marte habitable.
— Si quieres te puedo llevar a la bodega para que le des una
clase a todos —claramente se está burlando de mí— nos pasamos tardes enteras
preguntándonos como es que ustedes mueven esos… —nota que lo voy a corregir—
espejos de mylar.
— Aluminizado.
— No conseguirás que lo diga completo.
En la cafetería todos están viendo las noticias deportivas
con muchísima atención, en la nave se apostó sobre quien ganaría la final del
campeonato de clubes europeos, están dando las noticias de las ligas
nacionales.
— ¿Apostaste? —me pregunta Alberto.
— Claro, tres cuadraodos a que gana el Manchester United.
— ¿¡Tres cuadraodos?! Con eso pagarías un año universitario.
Le miro extrañado— ¿Acaso tú no apostate?
— Claro que aposte, 1 tríodo a la Juventus.
El desayuno del día de hoy es un mezclado de frutas, con
jugo de piña.
— ¿Fruta de nuevo? —se queja Alberto— estos infelices tienen
kilos de harina para panqueques guardados y seguimos comiendo estas cosas.
— Quizá son para el regreso.
— Más les vale o te prometo que me tendrán en la habitación
del capitán quejándome.
No puedo evitar reírme del comentario— A esta altura ya debe
conocer tu nombre.
— Tampoco es para tanto, solo he ido a quejarme unas siete
veces —le clavo una mirada acusadora— quizá catorce —mantenga la mirada— vale
ya perdí la cuenta, pero tenemos que reclamar por nuestros derechos.
— Supongo que por eso te dejaron venir con nosotros.
Mi comentario le ofende— No me pidas que hable por ti cuando
no desayunemos panqueques.
De la nada la habitación se queda en silencio, están por
anunciar los ganadores de la Europa league y la Champions league.
“Pasando a las competencias internaciones, esta semana se
definieron los ganadores de las competiciones internaciones, en la Europa
League con un resultado de 3-2 el ganador entre Valencia vs. Borusia Dortmund
fue el Borusia”
En la repetición de goles todos reconocen que debió ser un
partido maravilloso de ver, pero lo más importante esta por anunciarse ahora.
“Mientras que la final del partido entre Manchester
United vs. Juventus, el partido tuvo un empate a 1-1 que se alargó hasta los
tiempos extra y penales, con un marcador de 5-4 el ganador después de 11 años
fue la Juventus”
La cafetería estalla en gritos de celebración, algunos se
abrazan emocionados, otros se toman la cabeza lamentando la perdida, en mi caso
me quedo derretido en la silla mientras Alberto acaba de romper su pote de
fruta contra el suelo y se pone a bailar sobre la mesa.
Pasado el desayuno ambos nos vamos a los puestos de trabajo,
al llegar a la zona de naves Natalia me está esperando junto a la nave, estoy
seguro de que lo primero que hará es burlarse de mí por haber perdido la
apuesta.
— Austin ¿Tienes 3 cuadraodos que me prestes? —me pregunta
mientras subimos a la garra.
— Fue un partido cerrado, pude haber ganado.
— Pude haber ganado —dice en tono chillón— tienes que dejar
eso de las apuestas —ambos llegamos a la cabina de conducción, ella toma el
puesto del piloto y yo manejo las pinzas de la nave— si quieres ganar dinero
mejor dile a Ulises que lo invierta en algún negocio.
— Eso es aburrido —le contesto mientras programo el análisis
de la nave y ella informa que estamos por salir al espacio— tienes que darle un
poco de emoción a tu vida Naty.
— ¿Más emoción? —se ríe ella— estoy a más de 54 millones de
kilómetros de la tierra instalando paneles…
— Espejos de mylar aluminizado.
— Eso mismo, la cosa es que lo que hacemos ya es
emocionante, no necesito más en mi vida.
“Aquí colonia Marte, repartidor 3 saldrá a su encuentro
para entregar el espejo de mylar, cambio”
— Entendido colonia —responde Natalia.
— ¿Qué les cuesta llamarlo por su nombre?
— A nadie le importa cómo se llama Austin —le entretiene
decirme esa clase de cosas— quizá todos lo hacen para molestarte, no te puedo
negar que es divertido, por cierto ¿Quieres jugar pool después de esto?
— ¿Apostamos el postre?
— Como quieras —activa el comunicador de la nave— aquí pinza
5 estamos saliendo.
“Pinza 5, aquí central de despegue, permiso para viajar
autorizado”
La nave se eleva en el hangar, la compuerta se abre y
avanzamos hacia el espacio exterior, noto nostalgia en mi compañera.
— Todavía recuerdo las clases de la academia, me cuesta
creer que de los cuarenta alumnos de nuestra generación solo ocho aprobamos.
— Si, yo pensé que ibas a reprobar.
— ¿Yo? ¿Quién era el que le pidió clases particulares a
Boris?
— Por eso lo digo, un alumno mediocre reconoce a otro
mediocre.
— Touche —Natalia abre los canales de comunicación— aquí
pinza 5, estamos en posición.
Las otras siete pinzas confirman que también están en
posición, desde la colonia de Marte viene una nave que carga el espejo de mylar
aluminizado.
En cuanto el repartidor 3 llega a nuestra ubicación, la
parte superior de la nave se abre para entregarnos lo que debemos trasladar e
instalar, entre las ocho naves pinza tomamos el espejo de mylar aluminizado
para colocarlo alrededor de la órbita de Marte, de ese modo aumentaremos la
temperatura del planeta y generaremos el efecto invernadero dentro del planeta.
Eso sumado al hollín que se está esparciendo por toda la
tierra de Marte nos permitirá acelerar el proceso de calentado, produciendo el
descongelamiento del agua del planeta y la creación de una atmosfera más gruesa
que nos pueda proteger de la radiación solar.
Con extrema precaución nos aseguramos de instalar en el
marco con propulsores el espejo de mylar aluminizado, realizar la labor nos
toma seis horas, ayer nos tardamos lo mismo y conseguimos colocar dos, lo que
significa que nos tomara años rodear la órbita del planeta, pero a ninguno de
nosotros parece importarle, después de todo, finalmente estamos terraformando
Marte.
Me gusto mucho el cuento, tiene mucho potencial para ser un libro👏🏻 felicitaciones
ResponderBorrarRayos, me anoto para leerlo cuando salga la novela
ResponderBorrarMe ha encantado, ¡es genial!
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